Los perros de la actual reina de Inglaterra, más revoltosos de lo que acostumbran, se desvían de su paseo habitual por los jardines contiguos al Palacio de Buckingham y se introducen en un bibliobús aparcado allí provisionalmente. Debido a las obligaciones que comporta el cargo y al elevado sentido de la cortesía que se asocia a los deberes de la monarquía, la reina Isabel II de Inglaterra se ve en la tesitura de pedir una novela en préstamo…