A lo largo de la historia tanto las guerras como la paz se han entendido de forma muy reducida. Los análisis y estudios hegemónicos, siguiendo los intereses de los poderosos, sólo han querido hacer ver algunos elementos concretos de estos dos fenómenos. En las últimas casi tres décadas, se ha convertido en la concepción dominante de la precariedad de la paz liberal. Sin embargo, y al mismo tiempo, ante esta concepción, las diferentes teorías críticas han enriquecido mucho las explicaciones de la realidad de los conflictos armados y de la paz. Estas teorías, incluido el feminismo, han ampliado el concepto de guerras y, con ello, el análisis de su génesis, causas, evolución y consecuencias. Esto ha supuesto también la ampliación del concepto de paz, incluyendo el desarrollo de los pueblos y de las personas, entendido también de forma amplia.