Encuentre a un idiota y póngalo en su vida. Préstele atención. Hágale sentirse importante. Ármese de paciencia para soportar sus meteduras de pata con una amplia sonrisa.Conózcalo para exhibirlo ante sus amistades y reírse a su costa. Pierre lo intentó y, tras varias horas en su compañía, ya no tenía tan claro cuál de los dos era el idiota en realidad. Con el grupo Antrokia.