«Ai Gure Juaneteak!» es una visión escénica híbrida. Compuesto por la letra y la música. Sobre el escenario un actor-músico y dos musicos-actores. El campo de la palabra es el del actor, el locutor. Pero el actor también se convierte en músico a ratos. El terreno de la música es de los músicos. Pero los músicos también forman parte del espectáculo, y así, se convierten en actores.
El texto es una completa reinterpretación de las letras de algunas canciones de Laboa desde un punto de vista actual. «Hegazti errariak”, «Izarren hautsa», «Bedeinkatua», «Negu Hurbila», «Lili bat», «Oi Pello Pello», «Haika Mutil», «Baga biga higa», «Ihes beteta»…
Han pasado décadas desde que se compusieron esas canciones y no han perdido la fuerza y la emoción de entonces. Y precisamente por eso, porque son parte imprescindible de nuestro patrimonio emocional, hemos tenido la valentía de reestructurarlas, de recodificarlas. Porque son nuestras. Porque son mías.
Cantaremos breves fragmentos de la versión original, pero sobre todo, ofreceremos nuevos puntos de vista de cada canción. Nuevos puntos de vista de la palabra y la música. Las palabras tendrán como punto de partida las letras de las canciones de Laboa (Artze, Lete, Sarrionandia…), pero se desarrollarán por caminos nuevos, con una desestructuración y desfiguración radical. La música también partirá de las melodías de las canciones de Laboa, pero al igual que la letra, abordará nuevos caminos propios.
La puesta en escena será minimalista, para dar la máxima importancia a los protagonistas, a la palabra y a la música. Utilizaremos el imaginario estético de Zumeta para la escenografía y reutilizaremos algunos hallazgos estéticos y escénicos de las apariciones escénicas de la época (como el espectaculo «Baga Biga Higa”).
En palabras de Patxo Telleria:
"De joven pensaba que Laboa cantaba para gigantes, para titanes, para colosos. Los gigantes eran capaces de mejorar las relaciones de los hombres y aligerar la carga de la vida. Titanes que eran capaces de cortar el cordón umbilical del ánimo. Colosos que no se angustiaban con perder el último aliento. En la época en que aprendí las canciones de Laboa, yo me creía un gigante, un titán, un coloso. Hoy sé que no soy más que un hombre perdido que va sin rumbo. Más pequeño que antes. Más sabio que antes. Por eso sé que Laboa, no para héroes, cantó para seres perdidos como yo, para seres perdidos que de vez en cuando sueñan con ser gigantes, titanes, colosos, que de vez en cuando querrían serlo. Yo diré las canciones de Laboa tal y como las siento ahora. Que me perdonen los que están muertos, que me castiguen los vivos".