Sangre y Klorofila es una coreografía concebida en torno a los conceptos de "identidad y paisaje cultural", que aborda, desde una perspectiva dramatúrgica, temas como la patria y las raíces. Inspirada en la obra de Ameztoy, la pieza presenta un conjunto de imágenes poderosas que invitan al espectador a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y el paisaje, así como sobre las proyecciones de nuestras ideas en ellos. Esta creación transforma los espacios que ocupa, llenándolos de color, texturas y poesía. Se trata de un trabajo coreográfico delicado en los matices y exigente en su fisicalidad, diseñado para generar una experiencia profundamente estética y emocional.