Llega desde Alemania una de las compañías de ballet más grandes del mundo, el Ballett am Rhein Du¨sseldorf Duisburg. El conjunto codirigido desde verano de 2024 por Raphaël Coumes-Marquet, director del ballet, y Bridget Breiner, coreógrafa jefa, se presenta en Bilbao con un triple programa titulado Drei Meister – Drei Werke (Tres Maestros – Tres Obras, en castellano), que como su nombre indica ofrece tres piezas de otros tantos coreógrafos de renombre internacional.

La primera coreografía es Rubies, de George Balanchine, que encarna la esencia de esta piedra preciosa de color rojo sangre. Los bailarines se desenvuelven enérgicamente por el escenario al ritmo del Capriccio para piano y orquesta de Stravinsky. Balanchine combina hábilmente complejos saltos y danza en puntas con movimientos de jazz, que se asemejan a los que se pueden ver en los escenarios de Broadway. Las imágenes de caleidoscopio en escarlata celebran la fuerza energética de la danza.

La segunda pieza es Visiones fugitivas, creada por Hans van Manen en 1990 utilizando como base la música homónima de Sergei Prokofiev. Llena de armonía y dinamismo, sorprendente y cautivadora, los movimientos y la música se funden en el arte efímero y atractivo de la danza. Una coreografía que conmueve e inspira, que no hace distinciones de género y nos hace olvidar el mundo que nos rodea por un momento.

Finalmente, la noche culmina con el trabajo de William Forsythe, Enemigo en la Figura, que se mueve entre frenético y calmado, oscuro y misterioso, al ritmo pulsante de la música. La luz, parte integral de la coreografía al igual que los movimientos de baile en sí, hace que el espacio explote o se encoja, provoca que los bailarines emerjan de la oscuridad, y desarrolla una atracción irresistible. En el centro de esta exploración de la luz y la oscuridad se encuentra el individuo. Esta obra, con su urgencia y estética radical, no ha perdido nada de su modernidad.