Daniel Castillejo Mejías: Refugiado, emigrante, trabajador y artista de toda la vida.
“La pasión tiene la hermosa ventaja de destruir las reglas que sostienen la ortodoxia. Los apasionados suelen despreciar las estrategias que nos dan las señales de tráfico vital. Dan vueltas en la cama porque no pueden parar de pensar, siempre, en el objeto de su pasión, en como acercarse frontal pero cuidadosamente a lo que importa. Transitan por el mundo desabrochados, intentando abrazar la imposibilidad de su querencia. No cejan en el empeño y trazan caminos diversos y contradictorios, con tal de sentir que su alma vierte una emoción ancha y espesa. Su vida se balancea en el vaivén que supone la incertidumbre natural de la existencia. De esto solo se dan cuenta ellos mismos y lo olvidan al instante, pero por eso mismo, están más vivos que nadie.”
Extracto de “Tiempo liberado” por Jon Esmiz Alonso. 1996.
"Muy pocos sobreviven en vida a su propio contexto, emboscado de trampas y cepos que la propia existencia llama circunstancias imprevistas de todo tipo. Quizá sea el azar y la fuerza de sus convicciones lo que les permiten resistir, muchas veces a duras penas. Éstas son lo que podemos denominar las constantes inamovibles que ejercen, en realidad, de motor vital para su presencia tenaz. Mi padre, Daniel Castillejo Mejías, pertenece a esta estirpe de personas rocosas pero sensibles, algo inusual en los tiempos que corren que parecen estar habitados por gente unívoca, con mínimos significados. Nacido en 1931 la cuenca minera de Peñarroya-Pueblonuevo, provincia de Córdoba, su infancia y adolescencia la pasó como refugiado con su madre y hermanos huyendo de la guerra y el hambre, siendo a día de hoy uno de los cada vez más escasos “niños de la guerra” que aún perviven. Ya en Burgos, donde vararon, se formó como aprendiz en trabajos de chapa y soldadura hasta que, otra vez la necesidad, junto con mi madre y cinco hijos, le obligó a emigrar a Vitoria en 1960 donde estuvo trabajando hasta la jubilación en la primera fábrica Inauto, IMOSA y todo el complejo de empresas que posteriormente dieron lugar a la actual Mercedes Benz. Su pulsión creativa, que ya llevaba consigo desde muy joven se desbordaba y el contacto con otros iguales le permitió dar los pasos suficientes en Vitoria como artista presentándose a concursos y exposiciones de todo tipo. La observación como experiencia de ilustración, su capacidad manual, su ingenio y su determinación fueron puliéndose hasta hacer del autodidactismo una larga carrera de aprendizaje. Cientos de pinturas de Vitoria y de los pueblos de la Llanada alavesa se cruzaron en su mirada y, algo más tarde, las cuatro horas extra que metía al día en una empresa de carrocerias le permitió, tras un pacto con el propietario, iniciar la exploración de la escultura que ya nunca abandonó, dando rienda suelta a su creatividad mas arriesgada. La exposición titulada “Micro Retrospectiva. Padre nuestro que estás en la tierra” (esto último del poema de Gloria Fuertes titulado “Oración” de su Antología y poemas del suburbio de 1954), muestra flashes de una larga y apasionada trayectoria resumida en Daniel Castillejo Mejías: Refugiado, Emigrante, Trabajador y Artista de toda la vida."
Daniel Castillejo Alonso.
Mayo de 2024