Las obras fueron creadas tras su traslado a colonias refugio habitadas por el Gobierno de la República en zonas más seguras, como el Levante español, así como en varios países de Europa y la URSS, alejándolos de los bombardeos.
Estos dibujos pertenecen al Ayuntamiento de Benalmádena. Valdimir Merino, comisario de la exposición e hijo de una de aquellos menores trasladados a la URSS, comenta: “Fue un drama lo que estos niños sufrieron. Por ellos, no tienen filtros: pintan lo que ven. Esa es la razón por la que sus dibujos transmiten tanta emoción”