Tres octogenarios y un perro sin escrúpulos son partícipes de situaciones donde intentan convivir en armonía (o no). Pero en este ámbito cotidiano de problemas y conflictos simples se presenta un problema mayor con el que tendrán que lidiar durante toda la obra: la muerte. Un personaje peculiar que los observa, acecha y confronta durante todo el espectáculo intentando atraparlos y llevarlos de diversas formas.
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