El sábado 21 de mayo se celebrará en Maestu, en la Montaña Alavesa, una nueva edición de Mendialdea Music Festival. Tras dos años de parón, y gracias a la labor de un centenar de voluntarios y voluntarias, la plaza del pueblo albergará más conciertos que nunca, 9 en total. Desde la organización nos han dado todos los detalles.
¿Con qué objetivos se puso en marcha Mendialdea Music Festival?
Nació de la mano de la asociación Mendialdea Musika Elkartea, creada en 2017 en Maestu (Álava), en el corazón de la Montaña Alavesa. Se trata de una asociación sin ánimo de lucro compuesta por mujeres y hombres inquietos por el futuro de la zona rural y la problemática actual de la misma: despoblación, escasa juventud residente, actividad económica ligada al sector agrario, oferta cultural limitada... El objetivo de la Asociación, y por ende de Mendialdea Music Festival, es fomentar y dinamizar espacios culturales en torno a la música en la comarca, realizando propuestas participativas dirigidas a la población de la zona y a su vez con repercusión fuera de ella.
¿Cuál es su filosofía? ¿Qué aspectos hacen del festival un evento único?
La filosofía principal, y que en parte es lo que nos distingue, es la participación popular, que es un proyecto que se realiza desde y para el pueblo. Intentamos aunar al mayor número de personas, entidades, instituciones, empresas, agentes sociales y culturales, etc. de la zona para que lo tomen como algo propio.
Quizás también nos hace únicos organizar un evento de este tipo en una de las zonas más despobladas de Álava, con todo lo que ello conlleva: escasez de infraestructuras, de comunicación e interacción, de oferta cultural de calidad, etc.
Y todo ello sin cobrar entrada, totalmente gratis, pues entendemos que MMF no es un evento comercial, por lo que su valor está en la participación y colaboración de todas las personas y agentes implicados. Y esa es la idea que queremos mantener en futuras ediciones.
Por otra parte, consideramos fundamental trabajar y poner en marcha acciones transversales al propio festival que favorezcan la consecución de una sociedad comprometida, equitativa y respetuosa con el entorno. Por ello, desde el primer momento ponemos sobre la mesa algunos principios o compromisos sobre los que queremos construir este evento: visibilización de la mujer en la escena cultural, espacio libre de agresiones, fomento del euskera y residuos cero.
Se trata de un encuentro joven, con apenas cinco años de historia –incluyendo dos de parón forzado–. Sin embargo, es una cita de gran trascendencia en Maestu. ¿Cuál pensáis que es la clave que explica el tirón?
Destacamos tres: la falta de oferta de este tipo de actividades en la zona; el carácter participativo del festival, gracias al cual se crea un sentimiento comunitario que hace que la gente sienta muy suyo el festival, además del sentimiento de Comarca que nos une; y, finalmente, la voluntad de ofrecer un cartel de calidad y de mantener una línea coherente.
La aportación de las personas voluntarias es imprescindible para llevar adelante el festival. ¿Qué plus le confiere al programa ese trabajo comunitario?
El trabajo de los/as voluntarios/as lo es TODO. No sólo porque se reparte el trabajo (contamos con alrededor de 100 voluntarios/as de toda la zona que trabajan aportando cada uno/a su granito de arena para que MMF sea posible: organización, barras, montaje, cocina, limpieza...), sino también porque se crea un bonito e importante sentimiento de comunidad en una zona rural y despoblada como la nuestra, y hace que la gente sienta como suyo el festival.
Como hemos comentado, en 2020 y 2021 fue imposible su celebración. ¿Cómo afectó la crisis de la COVID-19 al proyecto y qué supone la vuelta al circuito de festivales?
En 2020 teníamos ya el cartel cerrado y anunciadas las bandas. Tuvimos que suspender a dos meses de la celebración. Es verdad que aún no habíamos realizado apenas gastos y que quienes organizamos este evento no vivimos de ello económicamente. Por esa parte nos libramos, no como muchas personas y sectores de la zona fuertemente perjudicados por la pandemia a nivel económico. Pero a nivel moral fue un duro golpe. Durante la pandemia intentamos realizar algunos conciertos para volver a vivir la música en directo y para ayudar a la hostelería de la zona en un momento tan difícil como el vivido durante la pandemia. Finalmente pudimos llevar a cabo 2 conciertos, pero con la pena de querer haber organizado más.
La vuelta al circuito ha sido ilusionante pero a la vez estresante. No sabíamos si se iba a poder celebrar con garantías, si volverían las restricciones, y hemos contado con menos tiempo para organizar el festival. Pero una vez que hemos dado el paso, nos hemos encontrado con una estupenda respuesta tanto social como institucional. Por no hablar de las facilidades que han puesto los grupos; el cartel de 2020 era muy bueno y la idea era mantenerlo para 2022, por la calidad y por el compromiso con los grupos, y salvo algún cambio por problemas de agenda, la respuesta y predisposición de los grupos ha sido magnífica.
Una vez que hemos cogido el ritmo, estamos contentas porque vemos que la gente está ilusionada con reencontrarse en un evento de este tipo, y hay muchas ganas tanto en la Montaña Alavesa como fuera de venir a disfrutar de la música en directo.
¿Qué os gustaría destacar del programa de este año?
Este año se va a notar el hecho de que somos unos de los primeros festivales que se va a celebrar en condiciones prepandémicas, por decirlo de alguna forma. Estamos constatando que la gente tiene muchas ganas de volver a disfrutar de festivales, de reencontrarse con la gente, y de volver a trabajar codo con codo.
Aparte de este hecho sobrevenido, como novedad hemos ampliado el número de conciertos (serán 9 en total) y el gasto en música. Y hemos centralizado todas las actividades en la plaza del pueblo.
Pero más allá de todo ello, en realidad lo más destacable sigue siendo el carácter popular y el compromiso que siguen manteniendo los/as voluntarios/as. Si no hubiesen respondido a la llamada de este año, después de dos años tan duros de parón, MMF 2022 no se habría podido celebrar.
¿Cuáles son los retos inmediatos para afianzar Mendialdea Music Festival?
Mantener la calidad del festival, tanto a nivel musical como de servicios; seguir aunando gente en el proyecto MMF, sobre todo la gente joven de la zona, instituciones, agentes sociales y culturales, entidades, empresas...; hacer comunidad bajo el paraguas de MMF; extender el proyecto Mendialdea Music Festival a otras fechas y lugares más allá del festival de mayo; y seguir aportando a la Montaña Alavesa eventos musicales de calidad.
(Especial publicado el 19 de mayo de 2022).