"Sonar la voz. 9 ensayos y 9 partituras", las teorías de la voz a través de una mirada transversal

  • "Sonar la voz. 9 ensayos y 9 partituras", las teorías de la voz a través de una mirada transversal

En el libro Sonar la voz. 9 ensayos y 9 partituras, Ixiar Rozas reúne escritos sobre la voz, la escritura y el acto de decir. Esta obra, que se mueve entre la poesía, las partituras lingüísticas (y visuales) y la teoría, ha sido editada por Consonni en su colección "Paper", y cuenta con un epílogo de Marina Garcés. Hemos hablado con Ixiar sobre algunas ideas que recoge en el libro.


Trabajas con el lenguaje, la voz, y el sonido. En Beltzuria, un ensayo poético sobre la voz escrito originalmente en euskera (Pamiela, 2014) y traducido a cuatro manos al castellano (Enclave de libros, 2017), hacías ya una distinción entre oralidad y vocalidad para dar un paso más y hablar de bocalidad. Ahora presentas Sonar la voz. 9 ensayos y 9 partituras (Consonni, 2022). ¿Tiene algo que ver esta nueva obra con aquella? ¿Qué es exactamente lo que has incluido en este libro?

Es un libro sobre la voz, la escritura y el acto de decir (en directo, en perfomance). Una zona de trabajo en torno al ritmo, el sonido y las imágenes que producen las palabras, en la que llevo ya un tiempo, de largo aliento.

El libro se compone de 9 ensayos y 9 partituras, y se mueve entre la poesía, las partituras lingüísticas (y visuales) y la teoría. He publicado algunos de los ensayos en revistas especializadas y los he revisitado, en algunos casos reescrito, para la composición del libro. En el caso de las partituras, son materiales que he utilizado en presentaciones y peformances que he venido haciendo durante todo este tiempo. El trabajo del libro ha sido, precisamente, tejer todos esos materiales para que formen una composición. Consonni me dio la posibilidad de publicar estos materiales y me puse a ello. Aprovecho para agradecer el magnífico y necesario trabajo editorial de Consonni.

Trabajo la escritura como un continuum, como composición de materiales que pongo juntos. Y ahí espero a ver qué sucede. Me interesan la escritura, el lenguaje (y sus sonidos) como acto de observación, como escucha, como una topografía de la consciencia. Y dejar que ahí entre el tiempo.

Sonar la voz continúa, de alguna manera, el trabajo que hice en Beltzuria, un libro atravesado por historias en torno a la voz, oralidad, vocalidad y bocalidad (como decías). La boca, la respiración, son parte de la voz. Y continúa también Unisonoa, poemario y 12 piezas sonoras (bandcamp), publicado en 2020. Piezas sonoras que realicé en colaboración con Mursego, Ainara LeGardon, Ibon RG y Rafael Martínez del Pozo, entre otras.


Tras la dedicatoria a ama, aita y Lur, el libro arranca con una cita de Anne Carson que dice así: "Cada sonido que hacemos es un instante de autobiografía". ¿Por qué la has elegido?

Es una frase de The gender of sound, el género del sonido, ensayo que me ha dado mucho que pensar y también está presente en el libro. Sobre la cita: la respiración es el sonido principal que emite nuestro cuerpo. Somos como respiramos. Escuchar nuestra propia respiración y observarla nos da tanta información sobre nosotras mismas... Lo que digo también tiene que ver con la meditación, claro.

O los sonidos que emitimos con otras partes del cuerpo, los huesos, las articulaciones, las manos, los dedos, la boca, nuestra sexualidad, el movimiento, el caminar y etc. Estamos llenas y llenos de sonidos. Y claro, también están los sonidos que podemos producir con objetos, con otros cuerpos, seres... La escucha de todo ello dice tanto, ¿verdad?

Todos esos sonidos nos conforman, son nuestra singularidad, y en particular el de la voz. Hace poco, en un encuentro con personas que no veía desde hace tantísimo tiempo, no reconocía algunas caras, pero sí el sonido de sus voces. Fue muy curioso. La voz es lo que nos hace únicos, en el sentido de singulares, irreductibles y complejos, y lo que nos pone en relación con las y los demás. Y a su vez, produce algo extraño. Esto sucede, por ejemplo, cuando escuchamos una grabación de nuestra propia voz. "Esa no es mi voz" pensamos en ese momento.

La propia voz es tan cercana y tan extraña a la vez, que no admite ni alejamiento ni imitación. De ello escribe también Marina Garcés de manera muy bella en el epílogo del libro. No podemos imitar nuestra propia voz y tampoco alejarnos de ella. 


En el texto introductorio que lleva por título Sonoimagen en movimiento, dices: "No podía escribir un libro sobre la voz sin aludir al silencio". ¿Son las dos caras de una misma moneda?

Es una relación que se explica a lo largo del todo el libro. En Ssssssssssilencio, título inspirado en una preciosa y cruda canción de Marí Arnal y Marcel Bagés, escribo sobre el silencio como condición de la comunicación. Para la escucha, hace falta silencio. Para la poesía, hace falta silencio. Para respirar, hace falta silencio. Es tan necesario. Pero vivimos rodeados de un ruido incesante, el exterior y el de nuestra mente. 

Se puede entender el silencio como una posibilidad. Ya que en realidad no existe, o lo que existe es el ruido mental, nuestro ruido mental. John Cage en su conocido experimento decía que no existe el silencio, siempre se escucha el sonido que emiten la respiración, el palpitar del corazón. Añado que siempre escuchamos también el ruido de la mente, tan difícil de silenciar. En eso estoy de acuerdo con Mattin, me interesa cómo lo explica en su libro Social disonance


En el sexto ensayo, Sobre la escritura, la erotización y la imaginación, se puede leer: "La voz y el género van ligados y siempre ha sido así´; no hay más que fijarse en lo que los hombres han dicho o escrito sobre la voz de las mujeres […]".  ¿Qué buscaban con ello?

La masculinidad en la cultura griega se definía por un uso de la voz diferente al de la mujer. A las mujeres no se les permitía emitir gritos irregulares en el espacio de la polis. La responsabilidad cívica del hombre hacia la mujer era controlar esos sonidos. La cuna de la cultura occidental —y patriarcal— también asociaba la voz al útero. La mujer tiene dos bocas, dos puertas de entrada y de salida, la propia boca y los genitales. Y por tanto, ambas deben ser controladas. Sellar bien la emisión y controlar la entrada. Por desgracia, aún estamos ahí.

Hay muchos ejemplos de esta misoginia a lo largo de la historia. O de mujeres que para poder mantenerse en el poder político, masculinizan sus voces. Y muchas situaciones cotidianas de personas que se encuentran en tránsito entre sexos. Hay muchas experiencias silenciadas. Y algunas que se conocen: Ernest Hemingway no soportaba el sonido de la voz de Gertrude Stein, cuyo aspecto físico comparaba con el de un emperador romano. Y un largo etc. Todo esto condiciona la manera en la que escuchamos hoy las voces. 

(Foto: Arnaiz Rubio)


"Sin duda, el alcance de la palabra o del silencio depende de las circunstancias en las que aparecen". Es una frase extraída del séptimo ensayo, titulado Ssssssssssilencio. ¿Cuál crees que ha sido el alcance de la palabra y del silencio durante la pandemia que ya, por fin, parece que vamos dejando atrás?

Parece que la pandemia nos dio tiempo para la escucha, los sonidos de nuestra vida cotidiana tomaron otra presencia. Los sonidos urbanos, los de la naturaleza y etc. Fue un tiempo postergado, haciendo un juego de palabras con un precioso poemario de Ingeborg Bachmann, en el que también el ruido mental aumentó. 


En la partitura que acompaña al ensayo Horizonte. Poética del escrutinio, llamas Erótica del Valor Añadido (EVA) al esfuerzo añadido de traducir de un idioma materno, el euskera, a un idioma paterno, el castellano. ¿Cómo explicarías esa erótica?

Es una partitura que surge en plena traducción al castellano de Beltzuria, realizada a cuatro manos con el poeta José Luis Padrón. He autotraducido casi todos mis libros. Y es un tarea muy laboriosa, al igual que la propia escritura. Cuando te autotraduces tienes mucha libertad, si te la tomas, quiero decir. Y por mucho que trates de seguir el original, reescribes algunas partes. Escribo buscando constantemente el ritmo de cada palabra, de cada sonido, y lo mismo sucede al traducir. No doy por terminada la traducción hasta que escucho ese ritmo.

Entiendo lo erótico como posibilidad de apertura. A raíz de una invitación que nos hicieron en Azkuna Zentroa, Mari Luz Esteban y yo conversamos por escrito sobre lo erótico, la imaginación y la escritura en nuestros respectivos trabajos. Uno de los ensayos se compone de fragmentos de esa conversación. Lo erótico está muy presente en el libro, en varios momentos, también cuando escribo sobre Eroceno, precioso concepto de Juan Luis Moraza, de los años 80.

En la partitura, me refiero al valor añadido que genera el esfuerzo de autotraducirse. La escritura en sí puede entenderse como un valor añadido, claro, también la traducción. En este caso, es un valor añadido simbólico, subjetivo. También el bilingüismo es un valor añadido para el funcionamiento del cerebro, según la neurociencia. EVA es un juego de palabras con IVA, el impuesto.


Según tus propias palabras, en este trabajo has transitado "ese lugar difuminado y situado entre la teoría y la práctica […]".¿Cómo los has hecho? ¿Qué recursos has empleado?

He caminado mucho. Como decía, ha sido una zona de trabajo, un continuum de largo aliento. No me interesa la distinción entre teoría y práctica, les doy la misma importancia. Y situarme ahí, en ese lugar difuminado, experimentar con ello, ha sido una decisión muy consciente, orgánica y placentera.

Por otro lado, respondiendo desde mi lugar de profesora, creo que los trabajos teóricos académicos—, necesitan una apertura en este sentido. Es necesario abrir otros marcos de investigación o hacer más disruptivos los actuales. Veo muchas dificultades y sufrimiento— en estudiantes que quieren escribir sus trabajos de otra manera y no encuentran un contexto adecuado. Hay mucho trabajo por hacer aún en este sentido. Ahí estamos. 


Haciendo nuestra la pregunta que en una ocasión te planteó la coreógrafa Idoia Zabaleta mientras caminabais por uno de los caminos de Azala Espazioa (Lasierra, Álava), ¿cómo ha afectado tu investigación a tu escritura?

Se han atravesado mutuamente de norte a sur y de este a oeste. En todos los sentidos y direcciones. Escuchándose mucho. La pregunta de Idoia me sigue acompañando, como nuestra amistad y complicidad.

Azala es un lugar muy importante para mí. En muchos sentidos. Creo que es un lugar fundamental en el mapa del arte y la creación, del trabajo con rigor y coherencia. 


En el libro hay muchas referencias a artistas que te han acompañado en este viaje. ¿Solamente a través de ese diálogo entre su hacer y el tuyo era posible abordar un proyecto como este?

No lo sé... tendría que volver atrás para ver si son posibles otras maneras... y creo que no se puede volver atrás. 


¿Hacia dónde tienes pensado dirigir ahora tus pasos?

Cuando escribo, entre los sonidos y las imágenes, voy muy despacio. Tomarme el tiempo para caminar, en sentido amplio, sentir, escuchar, observar. Vivir. En y con la naturaleza. Todo eso es fundamental en la escritura. Al menos en la que a mí me interesa. Así que espero poder seguir ahí. 

 

(Especial publicado el 11 de julio de 2022)