Estrenado en directo en Getxo el pasado mes de junio, The Standards of my Childhood es el primer disco de la cantante de jazz Olatz Garcia Ergüin. La siguiente cita para disfrutar de su música será el viernes 8 de septiembre, en el Palacio Euskalduna, donde presentará, en formato sexteto, los 12 temas que conforman el álbum. El concierto será en el marco del festival Aurrera Fest!, impulsado por la Diputación Foral de Bizkaia. A escasos días de la actuación, hemos charlado con ella, y esto es lo que nos ha contado.
Vienes de una familia con inquietudes artísticas. Tú elegiste la música, concretamente el jazz. ¿Por qué?
Así es. Mi aita, Emilio Garcia Ergüin, es dibujante, y mi osaba, Iñaki Garcia Ergüin, pintor. Yo escogí la música porque desde pequeñita sentí una gran conexión con la música y cantar me salía de forma espontánea. El jazz es por influencia de aita: él tenía una colección de discos de jazz que yo escuchaba de forma casi obsesiva; ya que no tengo hermanos mayores, este era uno de los géneros musicales que sonaban en casa.
¿Cómo definirías la música que haces? ¿Qué características destacarías de ella?
Yo canto standards de jazz, traídos de alguna forma al día de hoy, haciéndolos más contemporáneos. Es una música para todo tipo de público: para aquellos ya inmersos en el género y para todos aquellos que se acercan por primera vez a este mundo musical.
Empezaste en la música siendo muy joven, pero con apenas 18 años decidiste apartarte de ella, al menos públicamente, para retomarla casi tres décadas después. ¿La llama de la música seguía encendida en tu interior? ¿Cómo fue volver?
Volver a cantar fue un ejercicio de coherencia conmigo misma. Aunque seguí rodeada de música durante todos aquellos años, deje de cantar completamente, y era una espinita clavada que cada año que pasaba dolía más y más. Así que empecé a dar clases de canto otra vez, con mucho miedo pero con la tenacidad y confianza que te dan los años.
Y, ¿cómo y dónde te llegó la oportunidad de subirte al escenario después de tanto tiempo?
Aquel año en el que empecé a desempolvar mi voz, descubrí en una red social una jam de jazz que se hacía todos los domingos en Getxo. Hasta entonces no tenía claro que generó quería cantar; con cantar en las clases era suficiente. Pero cuando vi aquello, me lancé de cabeza. Entonces lo tuve claro. Iba a cantar todos aquellos standards con los que crecí. Me puse en contacto con ellos, y me incluyeron en la jam aquel primer domingo. Allí mismo conocí al que fue mi primer acompañante musical, con quien formamos una banda y empecé a preparar un repertorio poco a poco. Y un día tocamos en Mungia, en un local medio vacío. Aquel fue el primer bolo.
Recientemente has publicado tu primer disco, The Standards of my Childhood (Gaztelupeko Hotsak), con la ayuda del guitarrista Miguel Salvador. ¿Quién más ha participado en el álbum? Aunque el propio título da ya alguna pista, ¿qué habéis recogido en él? ¿Cómo fue el proceso de grabación?
El disco está grabado en directo en los estudios Tío Pete de Urduliz. Vi cómo organizaban conciertos en directo con público, y me pareció una oportunidad magnífica para tener un primer trabajo que presentar. Tuvimos la suerte de contar con Unai Mimenza como técnico de sonido. Se lo enseñamos a la discográfica, y les gustó, así que tiramos hacia delante.
Me acompañan, además de Miguel Salvador a la guitarra, reputado músico de jazz, arreglista y director musical de este proyecto, Gorka Iraundegi a la batería, Fabián Akarregi al contrabajo, Noemí Ladrón de Guevara primer violín y Leire Angulo como segundo violín.
Recogemos 12 temas, todos ellos estándares de jazz que sonaron en casa a lo largo de mi niñez (de ahí el título del disco The Standards of my Childhood), con ritmos y arreglos musicales hechos por Miguel para, como he dicho anteriormente, traerlos de alguna manera al día de hoy, pero siempre respetando el legado de las grandes cantantes de la época.
El estreno en directo del álbum fue en junio, en Getxo. ¿Cómo fue la experiencia de compartirlo con el público?
Fue maravillosa. La acogida fue estupenda; estaba a tope de gente. Para mí fue un sueño hecho realidad. Ni en un millón de años me hubiera imaginado cantando en el Festival Internacional de Jazz de Getxo.
El 8 de septiembre estaréis en Bilbao, en el Palacio Euskalduna, en el marco del festival Aurrera Fest!, festival que apuesta por el talento de artistas de Bizkaia –emergentes o que quieren dar el salto al mundo profesional– poniendo a su disposición un escenario de primer nivel. ¿Cómo valoras tú esta posibilidad en este punto concreto de tu carrera?
Me parece muy importante que entidades como el Euskalduna dediquen un espacio a artistas emergentes como yo, que de otra manera difícilmente hubiéramos podido pisar esas tablas. Nos da un empujón enorme, nos sitúa y da visibilidad. Estoy muy contenta y agradecida.
No faltan nuevos nombres en el panorama musical. Afortunadamente, muchos de ellos son de mujer. ¿Cómo es, en tu opinión, la situación de las mujeres en el ámbito concreto del jazz?
Cada vez hay más y más mujeres en la música, pero son muy pocas. Al nivel al que yo estoy es muy difícil encontrar mujeres músicas. Pero creo que poco a poco esto está cambiando, gracias a las nuevas generaciones, a las jóvenes.
Con tu disco de debut bajo el brazo, el objetivo principal será, en estos momentos, seguir presentándolo en directo, ¿verdad? Pero, desde una perspectiva más a largo plazo, ¿hacia dónde te gustaría orientar tus pasos?
Me gustaría empezar a hacer un repertorio propio, de temas originales, todos ellos compuestos por Miguel; de hecho, ya hemos empezado. Todo ello siempre dentro del género del jazz. Ese es el objetivo; después, quién sabe.
(Especial publicado el 6 de septiembre de 2023)