Ño!, el cómic realizado desde y sobre la experiencia de las mujeres bertsolaris, fue presentado en primavera por las bertsolaris Miren Artetxe y Eli Pagola y la ilustradora Maitane Gartziandia. Pasados unos meses, hemos querido tratar con Maitane diversos asuntos, entre otros, sus ilustraciones, la exposición de imágenes originales que se hizo en septiembre en Hernani, la bertsolari Joxepa Antoni Aranberri, el proceso creativo y la acogida que está teniendo el libro.
¿Cómo surgió la posibilidad de realizar junto con Miren Artetxe y Eli Pagola el cómic Ño! (Argia, 2023)? ¿Cómo ha sido el proceso creativo?
En 2020, antes de la pandemia, Miren y Eli me enviaron su propuesta. Ambas son aficionadas al mundo del cómic y se les ocurrió que algunas de las situaciones que se producen en torno a las sesiones de bertsolarismo podían trasladarse a ese mundo, para hacer algunos chistes y abordar el tema en un tono diferente. Para entonces ya nos conocíamos, frecuentábamos similares ambientes en San Sebastián, y habíamos coincidido en algunos lugares, como Donostiako Piratak, entre otros. Me comentaron la idea y me animé. Un año después nos inscribimos en el curso Biko-Teka, organizado por Galtzagorri para gente dedicada a la escritura y la ilustración y dirigido por Aitziber Alonso y Harkaitz Cano. En enero pasamos una semana juntas en Pamplona y esa misma semana dimos forma al cómic y elaboramos el guion.
Miren Artetxe, Eli Pagola y Maitane Gartziandia
Foto: Dani Blanco / ARGIA CC BY-SA
Ño! no es una historia con un principio y un fin. ¿Qué pretendías recoger allí? ¿Y por qué hacerlo en formato cómic?
Ño! no tiene ni principio ni final. En aquel curso decidimos que queríamos contar y plasmar en dibujos algunas escenas que se producen en torno a las sesiones de bertsolarismo, no tanto centradas en los bertsos o en las personas que los improvisan, sino en todo lo que gira alrededor. En primer lugar, elaboramos un listado en el que Eli y Miren recogieron situaciones que para ellas son importantes, y elegimos diez de ellas. Entre todas pensamos cuáles podrían ser las más interesantes y adecuadas para llevarlas a imágenes, las seleccionamos y montamos el libro en forma de cuadro cómico. Queríamos describir y representar un ambiente y unas sensaciones, pero no con un único protagonista, sino haciendo algo más coral, una especie de retrato de situaciones en las que se puede ver envuelta más de una mujer bertsolari.
Optamos por el formato de cómic porque permite poner el peso más en las imágenes que en el texto. En nuestro caso, hemos recurrido a trabajar la descripción de una forma más metafórica, a través de imágenes, de las sensaciones que las bertsolaris pueden vivir en esas situaciones y en esas ideas a abstractas.
¿Por qué Ño! como título?
En aquel curso decidimos también el título. En una lluvia de ideas salió Ño! y nos gustó: por un lado, porque se usa en las rimas; por otro, porque ese sufijo diminutivo se utiliza para referirse a las mujeres (andereño...) y queríamos incluir ese componente de género; además, la expresión "ño" indica fuerza o sorpresa. A mí me gustaba porque me recordaba las onomatopeyas que se utilizan en el cómic y por su brevedad. Por tanto, decidimos que Ño! sería el título del cómic porque la interjección tenía muchas características que nos gustaban.
A pesar de tratarse de un cómic sobre bertsolarismo, no incluís bertsos, a excepción de una serie de Joxepa Antoni Aranberri 'Xenpelar' que habéis recogido al final. ¿Por qué tomasteis esa decisión?
Tal y como he comentado anteriormente, fue porque queríamos describir las situaciones que se dan alrededor de las sesiones de bertsolarismo y no tanto hablar de esa actividad en sí. Miren y Eli me comentaron que el momento de improvisar bertsos al final es muy breve comparado con todo lo que le rodea: un viaje en coche para llegar a una sesión, hablar allí con la gente de la organización, conocer el lugar, estar con las y los bertsolaris al final de la sesión... Muchas veces se pasa más tiempo en todo lo relacionado con la sesión que cantando bertsos en sí. Por eso nos interesaba más observar ese espacio, queríamos contar esas otras cosas que ocurren fuera de esos momentos públicos que la gente puede ver.
Algo que decidimos bastante al comienzo es que solo aparecieran bertsos de Joxepa Antoni Aranberri. Tanto Eli como Miren tenían claro que querían incluir en el libro una bertsolari histórica a modo de contrapunto, para provocar a las bertsolaris actuales, para evidenciar contradicciones, para señalar de alguna manera que no es esta la primera generación en protestar y en desarrollar estrategias y para dejar claro que ya antes las mujeres contaban con espacios para cantar bertsos y con estrategias de avance. Además, la introducción de un personaje histórico nos permitía, por un lado, hacer ficción e imaginar lo que nos diría y, por otro, dar espacio a un personaje no tan conocido. Miren y Eli decidieron con relativa facilidad que este personaje iba a ser Joxepa Antoni Aranberri. Yo no la conocía. Joxepa Antoni fue una bertsolari de Errenteria de principios del siglo XX, y del medio urbano, por lo que difería un poco de la imagen de los antiguos bertsolaris del mundo rural. Además, fue trabajadora en una fábrica y en una sastrería.
Joxepa Aranberri y Joxepa Zubeldia
Foto original: Indalecio Ojanguren - www.guregipuzkoa.eus
A lo largo del cómic, además, los dibujos se alternan con montajes fotográficos de Joxepa.
Teníamos muy pocas fotos de ella; no hay más que un par. Por lo tanto, nos hacía gracia, partiendo de esas imágenes, hacer unos "memes", insertar su cara en otras fotografías históricas a través de montajes. De vez en cuando, entre las piezas del cómic, Joxepa habla a los personajes del libro e intenta provocar, introducir un punto de humor. Para mí era interesante poner el rostro de una mujer en esas fotografías tradicionales que hemos conocido llenas de hombres: eso da qué pensar, por un lado, y por otro, puedes imaginar a Joxepa en esas fotografías junto con varias mujeres que cantarían en la sastrería, en la cocina y en otros espacios. Al ser un personaje histórico, nos permitía hacer ficción y jugar.