Xabier Etxaniz Erle: «La revitalización del álbum en euskera se debe, en buena parte, a la calidad, y esa calidad nos ha llegado a través de la traducción»

  • Xabier Etxaniz Erle: «La revitalización del álbum en euskera se debe, en buena parte, a la calidad, y esa calidad nos ha llegado a través de la traducción»

El álbum está ganando adeptos entre el público, pero apenas se ha ahondado en este tipo de literatura. A finales del año pasado, el grupo de investigación LAIDA de la UPV/EHU publicó la que puede considerarse primera investigación profunda en euskera sobre el álbum: Egungo euskal albuma. La obra fue editada por Karla Fernández de Gamboa Vázquez y Xabier Etxaniz Erle. Al objeto de conocer mejor el mundo del álbum en general y el del vasco en particular, hemos conversado con Xabier. A continuación recogemos sus impresiones.


¿Qué es exactamente un álbum? ¿Qué características tiene? ¿Qué diferencias hay entre el álbum, el libro ilustrado y el cómic? ¿Los álbumes son sólo para niños y niñas? ¿O esa es una creencia errónea?

El álbum es un producto híbrido, flexible y heterogéneo que combina texto e imagen, y requiere la lectura de ambos elementos para entender el mensaje que desea transmitir. Es decir, sin la imagen no se termina de entender el texto. De hecho, muchas veces hay que fijarse en aspectos como el juego entre ambos elementos, la contradicción y la información complementaria para captar el mensaje y entender lo que la persona autora quiere transmitir.

En el caso de los libros ilustrados (como, por ejemplo, los clásicos Makilakixki y Sorgin gaiztoa), si leemos el texto sin observar las imágenes, podemos seguimos el argumento sin ningún problema. Es decir, no precisamos de imágenes para entender el mensaje. Es cierto que a las y los pequeños les resultan de ayuda para seguir el argumento, pero no son estrictamente necesarias.

En los álbumes, como en los libros ilustrados, el producto no determina la edad de la persona destinataria. En algunas ediciones especiales de novelas para personas adultas se han incluido bellas y elegantes ilustraciones, dando así lugar a novelas ilustradas. Incluso entre los álbumes, hay obras que, por la historia que relatan, por su argumento y por las imágenes y referentes que utilizan, van dirigidas a un público adulto. Existe un álbum sin palabras, El soldadito de plomo, de Jörg Müller (Lóguez Ediciones, 2005), que ofrece una nueva y moderna versión del famoso cuento. Es un libro que requiere madurez en las y los lectores; es decir, es un álbum dirigido a personas jóvenes o adultas.


¿Cómo nació el libro Egungo euskal albuma y qué aspectos habéis querido recoger en él? ¿Por qué es especial? ¿A quién va dirigido?

En el grupo LAIDA llevamos años analizando la literatura vasca actual. Tras estudiar los principales géneros, comenzamos a explorar los subgéneros. En este sentido, al ahondar en la literatura infantil y juvenil (Egungo euskal haur eta gazte literaturaren historia, UPV/EHU, 2011), observamos que una de las mayores aportaciones que ha recibido la literatura vasca en los últimos años ha sido a través de los álbumes, y decidimos analizar este subgénero.

El libro es especial porque hasta ahora no se había realizado nada del estilo. En nuestro contexto, los álbumes son un concepto muy novedoso, tanto a nivel internacional como en euskera, y abarcan distintas disciplinas: texto, imagen, diseño espacial... Este trabajo ha sido innovador porque anteriormente no se había realizado ningún estudio en euskera sobre los álbumes. Es valioso para todas las personas que tienen contacto con la literatura infantil (padres y madres, personal de bibliotecas, editores y editoras...), pero especialmente para el profesorado, que es el principal agente que presenta y comparte estos libros con los niños y las niñas.


¿Por qué no se ha investigado más sobre el mundo del álbum hasta ahora?

A nivel internacional, los álbumes comenzaron a publicarse hace 60 años, de la mano de artistas como Lionni y Sendak. Se trata de un producto muy novedoso, y, como tal, poco investigado. Es cierto que en los últimos veinte años ha habido un aumento en los trabajos relacionados con los álbumes; pero, en general, sigue siendo un producto muy nuevo. Además, el álbum contiene tanto imagen como texto, lo que requiere hacer un análisis de ambos. Lo habitual es analizar el lenguaje en la literatura y la imagen en el arte. En este caso, sin embargo, al tener que analizar la relación entre ambos, hay que tener conocimientos tanto de literatura como de ilustración, lo que explica por qué hasta ahora apenas se ha estudiado el álbum.


¿Cuándo comenzó, si es que cabe concretar una fecha, la trayectoria del álbum vasco? ¿Qué evolución ha tenido?

Los álbumes en euskera arrancaron a finales del siglo pasado, con antecedentes como Herrialde berdea, publicado en 1974, y a partir de los años 80 hubo diversas obras que, sin ser álbumes propiamente dichos, contenían numerosas ilustraciones. Sin embargo, los álbumes creados en euskera nacieron a principios del siglo XXI, fundamentalmente impulsados por el premio Etxepare. En la primera década de este siglo se publicaron muy pocas obras (principalmente las premiadas), pero en la segunda década el mercado vasco ha visto un aumento en la creación de álbumes, al margen del premio Etxepare y de otros reconocimientos.


Jean de Brunhoff, David McKee, Maurice Sendak… son nombres ilustres del mundo del álbum. Y muchas de sus obras se pueden leer en euskera. ¿Cómo han influido las traducciones de obras extranjeras en el mercado vasco y en la creación en euskera?

No cabe entender la situación actual sin la aportación de la editorial gallega Kalandraka. A finales del siglo XX y principios del XXI, la citada editorial empezó a publicar álbumes en euskera, primero por su cuenta y posteriormente en colaboración con la editorial navarra Pamiela. Después, OQO (en colaboración con Txalaparta) y otras editoriales del estado, como AlgarBruño, Edelvives (junto a Ibaizabal), Bookolia, Nubeocho, Picarona, etc., han contribuido a traducir al euskera obras extranjeras. Las editoriales vascas, especialmente Ttarttalo, pero también Denonartean y Erein, entre otras, han realizado importantes aportaciones.

La editorial Kalandraka-Pamiela ha publicado muchas obras de autores de reconocido prestigio internacional (Sendak, Lionni, Carle, Ungerer...), hecho que ha completado y enriquecido nuestro sistema. La revitalización del álbum en euskera se debe, en buena parte, a la calidad, y esa calidad nos ha llegado a través de la traducción. Estos trabajos han sido referentes para nuestros creadores, como es el caso de Pello Añorga y Jokin Mitxelena, y también para el público. A través de estos trabajos de calidad, hemos "aprendido" a leer los álbumes, y esas buenas obras han alentado a nuestras personas creadoras a acercarse al mundo del álbum.


¿Cuál es la situación actual del álbum vasco? ¿Qué peso tienen las traducciones en el mercado de los álbumes en euskera?

Actualmente, el álbum vasco goza de muy buena salud; la oferta es muy amplia y hay obras de estilos muy diversos. Sin embargo, dadas las reducidas dimensiones de nuestro mercado, cuando una obra se agota, a menudo solemos tener que esperar un tiempo hasta su reedición, si es que se reedita. Con todo, la creación, la traducción y la oferta son, en general, muy amplias y de calidad. El mayor peso lo tienen las traducciones, claro está, por tratarse de productos bastante caros de por sí, y porque con las coediciones se obtiene un producto de calidad más asequible. Uno de nuestros retos debería ser la introducción en dichas coediciones de un mayor número de trabajos en euskera, pero, para ello, hacen falta agentes o editoriales dispuestos a vender fuera.


En vuestro libro habéis analizado varios álbumes vascos de las dos últimas décadas; entre ellos, Zarata do maiorrean biolin eta pianorako, de Iban Barrenetxea. Se trata de un álbum sin palabras, como El soldadito de plomo que nos has mencionado anteriormente. ¿La palabra es, por tanto, prescindible en los álbumes? ¿Cuáles son las principales tendencias o los mayores cambios que habéis detectado al analizar estas obras?

Hay álbumes sin palabras, lo cual no significa que no tengan un guion. Los libros de la colección "Hitzik gabe", que la editorial Elkar publicó hace unos 25 años en euskera, no tienen texto, pero en los créditos figuran tanto la persona escritora como la ilustradora. Es decir, cuando la fuerza de las imágenes transmite el mensaje con nitidez, es perfectamente posible publicar un álbum sin palabras.

En el libro hemos analizado doce álbumes creados en euskera, con el propósito de mostrar la riqueza y la diversidad en cuanto a creadoras y estilos. Es importante destacar, por un lado, que la imagen va adquiriendo cada vez más fuerza en las obras. Y, por otro lado, aunque en un principio siempre se trabajaba a través de la colaboración entre dos personas (una se encargaba del texto y otra de las imágenes), esa tendencia ha ido cambiando, y últimamente es cada vez más frecuente que sea una única persona quien se ocupe de todos los elementos del álbum. Ainara Azpiazu, Lorena Martinez o Iban Barrenetxea son, entre otras personas autoras, ejemplos claros de ello.


¿Cómo ha influido el premio Etxepare en el desarrollo del álbum en euskera? ¿Qué más necesita el sector para seguir creciendo?

No se puede entender la situación actual sin el premio Etxepare. Este premio, impulsado por las entidades locales de Navarra, ha sido fundamental para empezar a publicar álbumes en euskera, lo cual se hace de la mano de Pamiela, y para que un número importante de personas se animara a participar en el concurso. Muchas de esas obras se publican después en otras editoriales.

Es cierto que las ayudas para las personas creadoras vascas siguen siendo necesarias, pero, probablemente, es igual de necesario que las entidades (editoriales, agentes, instituciones) promuevan las buenas obras de nuestras personas creadoras en el exterior, para que la literatura vasca que se exporta (no sólo álbumes) no sea exclusivamente fruto del esfuerzo de la propia persona autora, que es lo que, en buena parte, ha venido pasando. Si se lograra establecer una línea de colaboración y coedición con editoriales del exterior, creemos que el álbum en euskera y, por ende, la cultura vasca, tendrían mucha más repercusión.


La amenaza de la inteligencia artificial está también ahí. ¿Podría llegar a sustituir el trabajo de las personas artistas?

No creo que llegue a pasar tal cosa, pero ¡quién sabe!


Vuestra obra Egungo euskal albuma se enmarca dentro del proyecto "Egungo euskal literatura berria", que viene siendo desarrollado los últimos años por el grupo de investigación LAIDA de la UPV/EHU. ¿En qué está trabajando actualmente el grupo LAIDA?

En este momento, finalizado ya el estudio sobre el álbum, hemos comenzado a explorar otro campo: el de los cuentos breves o microcuentos publicados en euskera.

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Especial publicado el 20 de septiembre de 2024
Autora de las fotos: Nuria González