La revista Xabiroi fue impulsada en 2005 por Ikastolen Elkartea. Con motivo de su 20.º aniversario, hemos conversado con su coordinador, Dani Fano, para recordar los inicios del proyecto y repasar el camino recorrido. Ha sido un largo maratón, pero el sueño permanece vivo.
¿Con qué objetivo nació la revista Xabiroi? ¿Cómo era la situación del cómic vasco hace 20 años?
Si queréis, podemos empezar por la segunda pregunta. El panorama no era precisamente fértil; era más bien una especie de desierto. Había muy poca producción. Ipurbeltz sobrevivía, pero más allá de esa revista apenas se publicaba nada. El cómic en euskera prácticamente no existía. Habíamos dejado atrás épocas más prósperas (con Habeko Mik, la editorial Lur...), pero en aquel momento apenas había nada.
Por ello, el primer objetivo era simplemente existir, que hubiera algo. Yo llevaba años trabajando como ilustrador para Ikastolen Elkartea, sobre todo ilustrando material didáctico, y en la asociación conocían mi inclinación por el cómic: me dedicaba principalmente al humor gráfico y había colaborado también en Ipurbeltz.
Ipurbeltz estaba orientada al público infantil, y en la Asociación advirtieron que no había cómics concebidos para jóvenes. Se veía, por tanto, un vacío que era necesario llenar. Así, el primer objetivo fue crear una propuesta para ese colectivo que en el mercado francés denominan ado-adult: es decir, un cómic que pueda leer una persona adolescente, pero que al mismo tiempo resulte atractivo para un público adulto.
Como decía, la situación no era en absoluto favorable; apenas se publicaban cómics en euskera. Había dibujantes de cómics, pero en ese momento tenían entre manos otros encargos, o estaban dibujando para mercados extranjeros (Francia, Estados Unidos...), por lo que aquí prácticamente no se les conocía. Por tanto, el segundo objetivo fue ofrecer a estas personas creadoras vascas un escaparate estable para dar a conocer su trabajo. En este sentido, empezamos a incorporar al mundo del cómic a personas creadoras que no se dedicaban de manera específica a él: Harkaitz Cano, Eider Rodriguez, Arantxa Iturbe...
El tercer objetivo estaba relacionado con la lengua. El lenguaje del cómic es muy directo, coloquial y expresivo, y al mismo tiempo era una manera de realizar una aportación al euskera. Recuerdo que en aquella época utilizábamos esta frase: "kaleko euskara jaso eta kaleko euskarari proposamenak egin" (recoger el euskera de la calle y hacerle propuestas).
(Portadas de los números 20 y 73 de la revista Xabiroi)
¿Para qué más sirve el cómic? ¿Qué posibilidades ofrece?
En cuanto al lenguaje expresivo, el cómic ofrece muchas posibilidades para realizar aportaciones, pero, a partir de ahí, como ocurre con cualquier disciplina creativa, será la persona receptora quien decida para qué le sirve. Los temas que se pueden abordar en el cómic son infinitos, y sus interpretaciones, todavía más. Por ejemplo, se puede comenzar con la política tras leer sobre superhéroes o emplear a los superhéroes como vehículo para tratar el tema, pero también se pueden crear cómics específicamente pensados para abordar el tema de la política ad hoc o relatar acontecimientos histórico-políticos.
Como particularidad, yo creo que el cómic combina la fuerza de la imagen con la calma de la literatura escrita: es un híbrido entre ambos.
(Portadas de los números 24 y 50 de la revista Xabiroi)
En Xabiroi encontramos de todo: humor, aventuras, temáticas costumbristas... ¿Cuál es vuestra forma de trabajar? ¿Cómo decidís los contenidos? ¿Según qué criterios?
Muchas veces decimos que lo que ofrecemos es una creación honesta. Hay que tener en cuenta que nuestro público objetivo lo constituyen, principalmente, estudiantes de las ikastolas, aunque cualquiera puede suscribirse –y, de hecho, ya hemos superado ese ámbito–. Aun así, nuestro público directo sigue siendo el alumnado de las ikastolas, dentro del cual hay de todo. En primer lugar, se dividen entre ESO y Bachillerato, abarcando edades de entre 12 y 18 años, lo cual supone un rango muy amplio. Por ello, no podemos mantener una línea editorial única.
Nuestra forma de trabajar suele consistir en realizar una propuesta a un autor o una autora, o bien recibir propuestas directamente de las personas creadoras: "se me ha ocurrido...", "me parece adecuado para Xabiroi"... La mayoría de las veces es la propia revista la que les hace la propuesta: "crea algo". Pero ¿qué? "Algo que leerías a gusto". Por eso hablamos de la creación honesta. A Unai Iturriaga se le ocurrirá una cosa, a Asisko Urmeneta otra... Se busca que la comunicación entre la persona creadora y el público sea lo más directa posible. En Xabiroi nos encargamos de facilitar esa transmisión, y tratamos de no poner obstáculos.
(Basolatik berri onik ez. Guion: Asisko | Ilustraciones: Joseba Larratxe)
Detrás de cada ejemplar hay un gran trabajo, obviamente. ¿Con qué plazos trabajáis?
Esta forma de trabajar la hemos aplicado en Xabiroi desde el principio: pedir las cosas con mucha antelación. Más aún si se quiere contar con los y las mejores historietistas de Euskal Herria, que normalmente ya tienen mucho trabajo. El 90 % de los y las historietistas que participan en Xabiroi son profesionales, y, además de nuestros plazos, deben cumplir con otros compromisos. No se puede vivir trabajando únicamente para Xabiroi. Por tanto, es imprescindible organizar todo con mucha antelación. El cómic requiere mucho esfuerzo, y la persona dibujante debe poder trabajar con tranquilidad.
(Nerea eta oparia. Guion: Eider Rodriguez | Ilustraciones: Alex Orbe)
Además de la revista, también publicáis álbumes. El último que habéis sacado se titula Maurizia. Biziminaren hotsa. ¿Qué ofrece el álbum a las personas autoras y al público que no les ofrece la revista?
Una vida más larga. Esto se nos ocurrió desde el principio. Desde los primeros números, tuvimos la intención de crear historias que más adelante se convertirían en álbumes. Esto proporciona, tanto a la persona autora como al público y a la sociedad, un mayor aprovechamiento del trabajo realizado; de lo contrario, serían colaboraciones puntuales que se limitarían a aparecer en la revista. También realizamos este tipo de trabajos, pero merece la pena prolongar la vida de ciertos trabajos.
En 2007, sacamos nuestro primer álbum, Irati, y todavía seguimos vendiendo ejemplares, y no pocos. Ha tenido una larga trayectoria; ha sido algo especial. Otros álbumes no se han vendido tan bien, pero siguen teniendo presencia en las librerías. Intentamos mantener nuestro stock activo. Esto resulta muy interesante para la sociedad.
Creo que tenemos un problema con la creación: las obras envejecen demasiado rápido. A los dos años, damos un libro por desaparecido, y no debería ser así. El álbum permite a la persona autora difundir mucho más su obra. Algunos de los álbumes que hemos publicado también se han traducido a otras lenguas, lo que supone otra oportunidad económica y una alternativa laboral para quien los crea.
(Irati. Guion: Joxean Muñoz | Ilustraciones: Juan Luis Landa)
Tal y como comentabas al inicio de la entrevista, Xabiroi ha sabido atraer a personas creadoras que no tenían relación previa con el mundo del cómic. ¿Cómo se generan estas parejas artísticas? ¿Qué es lo más importante en esos casos?
En la mayoría de los casos, es la propia revista la que propone las parejas. Conociendo el estilo de cada persona autora –su identidad artística–, piensas que una pareja concreta tiene posibilidades de funcionar. Luego, por supuesto, hace falta que realmente ocurra. No siempre se cumple la hipótesis, y a veces el resultado no es tan satisfactorio. Pero cuando funciona, se produce un milagro: se genera una dinámica increíble entre la pareja. Por eso, intentamos crear parejas compatibles, al menos en lo artístico. Como decía, a veces da resultado y otras veces no.
(Santa Familia. Guion: Eider Rodriguez | Ilustraciones: Julen Ribas)
Durante estos 20 años, habéis publicado nada menos que 76 números de la revista y 19 álbumes. Se dice rápido. ¿Cómo valoráis el camino recorrido? ¿Ha habido hitos en la trayectoria de Xabiroi?
Es difícil de decir. Nuestra experiencia vital nos muestra que la creación, y la cultura en general, siempre se encuentra al borde del abismo; y el cómic, aún más, ya que siempre ha sido algo marginal. Hemos visto aparecer y desaparecer miles de revistas y proyectos, y nuestra sensación siempre ha sido que el siguiente número podría ser el último, pero, al mismo tiempo, no; como os comentaba, trabajamos a muy largo plazo. Sin embargo, nadie se sorprendería si el próximo número fuera realmente el último, y creo que esa energía es la que nos ha mantenido con vida. Siempre estamos a la espera de cuándo tendremos que afrontar la próxima crisis, y eso nos mantiene alerta.
Es cierto que desde el principio hemos contado con el apoyo de las instituciones públicas, aunque nos gustaría disponer de más. Durante estos años, nos hemos ido adaptando a la situación económica que nos proporcionan entre nuestra masa lectora y las subvenciones que recibimos. Siempre hemos sido muy prudentes y no hemos generado agujeros. Nos hemos controlado, y, a lo largo del tiempo, hemos realizado algunos ajustes. Por ejemplo, al principio la revista tenía 36 páginas, y ahora cuenta con 32. Eso, evidentemente, teniendo en cuenta que el salario de las personas autoras debe ser el adecuado; no me gusta decir "digno", pero tiene que ser una verdadera recompensa por su trabajo. Ese ha sido siempre el mínimo, y, una vez garantizado, se valoran las posibilidades que surgen.
En cuanto a los hitos, no sabría deciros. Cuando en 2007 empezamos a asistir a ferias, pudimos comprobar la repercusión de nuestro trabajo, y también percibir cómo se reflejaba en la calle... Pero, en realidad, ha sido más un largo maratón que un proyecto marcado por grandes altibajos. Hemos ido poco a poco, a nuestro propio ritmo. Siempre hemos tenido talento para el maratón.
(Errezelen atzetik. Guion: Gregorio Muro Harriet | Ilustraciones: Alex Macho)
¿Cuáles son las principales aportaciones de Xabiroi al cómic en euskera a lo largo de estos años?
En cuanto a los temas tratados y a las propuestas o estilos artísticos abordados, antes la oferta desde el punto de vista del cómic no era muy amplia. Esto ha cambiado mucho, y en nuestra revista –y no solo en ella– hemos sabido impulsar este fenómeno que se estaba produciendo en el cómic a nivel mundial.
Pero, a mi parecer, la verdadera aportación ha sido lograr consolidar una red de autores y autoras en torno a la revista. La consolidación o creación de una red de personas autoras requiere cierta frecuencia en la publicación; de lo contrario, no se llega a generar. Por ejemplo, en Barcelona, en la época próspera de 1980, existía una amplia red de personas autoras, porque allí había varias revistas que, con cierta regularidad y número a número, publicaban sus obras. Eso es lo que ha conseguido Xabiroi: convertirse en un referente y lograr que una red de autores y autoras arraigue en torno a la revista. De este modo, de ahí han surgido otras sinergias y proyectos que han ido más allá de Xabiroi.
(Amets alokatuak. Guion: Harkaitz Cano | Ilustraciones: Iñaki Holgado)
El cómic, como producto físico, sigue conservando un encanto especial. ¿Qué opinas del soporte digital? En el caso de Xabiroi, ¿habéis considerado esta posibilidad para abrir nuevas vías?
Nuestro tamaño es muy reducido, y los experimentos los deben realizar las grandes editoriales. Yo siempre digo que daré el salto al formato digital cuando las grandes editoriales francesas, como Dargaud o Delcourt, apuesten verdaderamente por él. Pero no lo han hecho.
En la actualidad, muchas editoriales –la mayoría– cuentan con una línea digital. Es sencillo: básicamente, se trata del cómic escaneado. Pero no progresa, no tiene éxito, no ha arraigado en la sociedad. Algo se vende, existe, pero el cómic sigue latiendo principalmente en papel. ¿Por qué? Pues no sé si es por un tema fetichista o qué... Yo creo que la lectura en papel es diferente, y, de momento, ahí seguimos.
(Portadas de los álbumes Azken garaipena y Surflaria)
¿Qué nos puedes decir en cuanto al cómic en euskera? ¿Qué evolución ha tenido en estas dos décadas? ¿Cuál es la situación actual del cómic en euskera?
Es mucho mejor, eso es evidente. Pero yo no me fijaría tanto en la cantidad. Muchas veces, en los medios de comunicación, se habla del número de novedades. En 2005 o 2007, las novedades solían ser dos o tres. En los últimos años, cada año se publican 30, 40 o 50... Hemos alcanzado cifras relativamente buenas. Pero lo importante es saber cuántas de esas novedades se han creado en condiciones adecuadas. Es decir, si las personas autoras han tenido tiempo suficiente para trabajar con calidad y si han contado con respaldo económico. Eso nos proporcionaría la verdadera fotografía del estado, del esqueleto, de la salud del arte del cómic. Yo sigo echando de menos que algunas editoriales, que aún tienen peso en el ámbito del euskera (tanto en la literatura como en otros campos), inviertan más.
Por otro lado, como he señalado, resultan muy útiles las subvenciones puestas en marcha por el Gobierno Vasco en 2017 para la elaboración de cómics. Esto garantiza que cada año se publiquen cinco obras que han contado con el apoyo adecuado (antes creo que eran cuatro).
Por lo tanto, estamos mucho mejor. ¿Podríamos estar mejor? Sí. Por ejemplo, creo que debería haber más iniciativas dirigidas a las personas autoras. Es evidente que, si la situación es mejor para ellas, los cómics resultantes también serán de mayor calidad.
Pero me gustaría hablar, además de las personas autoras, de las lectoras. En estos años, la actitud del público lector ha cambiado, se ha diversificado. Nuestro público es ahora mucho más diverso; hoy en día, la gente se acerca al cómic con la convicción de que puede encontrar de todo.
(Portadas de los álbumes Kortsarioen ostatua y Haur Besoetakoa.Paristik datorren artista)
¿En qué momento se encuentra Xabiroi a sus 20 años? ¿Hacia dónde orientará sus pasos en los próximos años?
No sabemos cuánto durará este sueño, porque esto es un sueño. Recuerdo que, cuando nos hicieron la propuesta, inmediatamente cogimos el teléfono y empezamos a llamar a las personas historietistas para contarles que querían hacer una revista. Aquel sueño sigue vivo. ¿Hasta cuándo? No lo sabemos. La revista se mantiene en la misma dirección. Se están incorporando nuevos temas y autores con naturalidad, y por el momento no tenemos intención de cambiar el rumbo.
El cambio vendrá con las nuevas viñetas, procedentes tanto de las personas creadoras de antes como de las nuevas. De ahí surgirán las novedades de Xabiroi; es decir, de la mano de quienes las crean. En la revista se les ofrecerán las mismas oportunidades y condiciones de trabajo, o al menos se intentará. Esperemos que este sueño permanezca vivo.
(Especial publicado el 23 de septiembre de 2025)