La práctica artística de Paul Pfeiffer se caracteriza por su análisis en profundidad de la naturaleza del espectáculo, la identidad y los intrincados mecanismos empleados para la construcción de imágenes en la cultura contemporánea. Abarcando una diversidad de medios, como el vídeo, la fotografía, la escultura y la instalación, su obra le permite explorar las diferentes y complejas formas en que las imágenes definen nuestra percepción y experiencia.
Resulta clave en el trabajo de Pfeiffer su manipulación de imágenes en movimiento de eventos deportivos, conciertos de música y películas, que el artista edita con destreza mediante tecnología digital. Sus creaciones a menudo reflexionan sobre la dicotomía entre veneración y cosificación, particularmente en referencia a iconos globales, como deportistas o estrellas del pop. Pfeiffer pone de relieve los distintos roles que desempeñan estas figuras en la cultura de masas, dirigiendo la atención hacia la artificiosidad de las representaciones que proyectan los medios e incitando al público a examinar de manera crítica su propia posición en el consumo de estas imágenes.