Pello Gutiérrez Peñalba, director del documental "Erreplika": «Muchos pequeños descubrimientos inesperados, relacionados todos ellos con huecos o vacíos, me dieron la idea de crear la película»

  • Pello Gutiérrez Peñalba, director del documental "Erreplika": «Muchos pequeños descubrimientos inesperados, relacionados todos ellos con huecos o vacíos, me dieron la idea de crear la película»

El vacío por la muerte de su padre. Una vieja película con un hueco en su interior. Una Virgen que es y no es. En definitiva, vacíos personales y colectivos. A través de las imágenes —y sobre todo de su ausencia—, Pello Gutiérrez Peñalba ha realizado un ejercicio de memoria en el documental Erreplika. "¿Puede la falta de una imagen ser tan fuerte como su presencia? Y en ese caso ¿qué hacemos con ese vacío?". Tras recibir una mención especial del jurado del Premio Irizar al cine vasco en el Festival de San Sebastián, Pello está con muchas ganas de mostrar la película en diferentes lugares. Esto es lo que nos ha contado.


Erreplika es un documental construido sobre huecos.¿Cómo nació la idea, exactamente? ¿La propia película ha sido para ti una forma de llenar huecos?

Nos encanta decir que Erreplika es una película sobre huecos. La verdad es que muchos pequeños descubrimientos inesperados, todos ellos relacionados con huecos o vacíos, me dieron la idea de crear la película. Primero, mi propio vacío, íntimo y personal, por la muerte de mi padre. Después, como mi padre era cineasta, encontré en su archivo una película que no conocía: Zikuñagako ama, filmada en 1978. La película también tiene un hueco en su interior. La película fue confiscada en el rodaje por la Guardia Civil, y ese hueco aparece claramente en la película, a través de la imagen negra y la voz en off. Además, comencé a investigar sobre la Virgen de Zikuñaga, y tuve conocimiento del robo de la imagen; en esta ocasión, había un vacío colectivo en el pueblo de Hernani. Todos estos elementos me parecieron muy interesantes para hacer una película, reflexionando sobre la importancia de las imágenes y presentando las formas de hacer memoria.

También podemos decir que la película es un ritual. Yo diría que hacer la película es una forma de llenar el vacío que me dejó la muerte de mi padre.


¿Hay que llenar los huecos? ¿Y si no es posible?

A lo largo de la vida nos surgen huecos, y cada uno tiene que aprender cómo llenarlos. La creación puede llenar esos huecos, pero cada uno tiene que encontrar su manera de hacerlo. En el caso del barrio de Zikuñaga, su actitud luchadora ha conseguido llenar el hueco de la imagen de Zikuñaga y su ermita, y, finalmente, han conseguido su objetivo.


¿A qué hace referencia el título Erreplika?

En la película aparecen varios tipos de réplicas. Por un lado, hace una clara referencia a la réplica de la imagen de la Virgen, pero la película en sí es en cierto modo una réplica, se pone en diálogo con las viejas películas de mi padre, volviendo a rodar hoy imágenes filmadas por él. El tiempo cambia nuestra capacidad de elección de las imágenes, como también lo atestigua Erreplika.


¿Cómo ha sido el proceso de realización de la película? ¿Habéis diferenciado desde el principio cada fase o habéis tenido que hacer casi todo a la vez? ¿Han aparecido nuevos huecos en el camino?

La manera de trabajar de nuestro colectivo Zazpi T'erdi se aleja de la industria cinematográfica estándar. No realizamos las fases de producción completamente diferenciadas, ya que la propia película va transformándose en cada una de ellas. En un documental, no encontramos otra forma de trabajar. Es decir, durante el rodaje se abren nuevas puertas, lo que nos obliga a reescribir el guion. Y lo mismo ocurre con el montaje. Los rodajes también nos condicionan los siguientes pasos de la película. Por lo tanto, hacemos el guion, el rodaje y el montaje a la vez, influyendo unos sobre otros. Eso hace que el proceso se alargue, pero la película se va creando de forma orgánica. Por supuesto, trabajamos siempre con un pequeño equipo de trabajo, y eso ayuda mucho cuando se trabaja a largo plazo. En definitiva, hemos realizado el rodaje entre cinco personas: el productor Iñaki Sagastume, el director de fotografía David Aguilar Iñigo, la técnica de sonido Maitane Carballo, la directora de arte Arrate Rodríguez y yo.


Aunque está creado a través de imágenes, se puede decir que es un trabajo desarrollado a través de la voz. En ese sentido, hay muchos testimonios, pero no se trata de un trabajo basado en entrevistas, y es tu voz en off la que guía el documental. ¿Lo tuviste claro desde el principio? ¿Has tenido alguna ayuda al respecto?

A la hora de escribir el guion, tuvimos claro desde el principio que la voz en off era la base de esta película. Mi voz debía guiar esta película íntima. Ha sido un trabajo duro para mí; no me siento muy cómodo ante el micrófono. Para ello, hemos contado con colaboradores que nos han asesorado en el relato de mi voz: en la redacción de la voz en off, Ixiar Rozas, y en la dirección de la grabación de la voz en off, Ainara Gurrutxaga.

Por otro lado, el documental tiene la forma de una película de ensayo. Aparecen testimonios, pero no queríamos introducir entrevistas al uso. Hemos filmado muchas entrevistas, pero las hemos utilizado para la documentación; sabíamos que no iban a entrar en el montaje final. Por eso, los testimonios que aparecen nos ofrecen frases concretas que nos sirven para avanzar en la narración. En la película, cada secuencia está relacionada con otra, pero muchas veces no sigue una narración directa, y adopta la forma de un puzle.


Detrás de la banda sonora también hay una curiosa historia. La banda sonora la ha hecho Maite Larburu, pero tú, cuando contactaste con Maite, sólo tenías en mente hablar con su padre, ¿no? Al final, habéis recogido en el documental la propia creación de la banda sonora. ¿Por qué?

Yo no conocía personalmente a Maite, y me puse en contacto con ella, no porque quisiera conocerla, sino porque quería hablar con Batix, su padre. Batix Larburu había sido remero y aparecía en el documental Zikuñagako ama que mi padre rodó en 1978. Yo acudí a él para conocer lo que ocurrió ese día. Me reuní con ellos, y poco a poco Maite empezó a entrar en nuestro proyecto. A la vista de la relación de la familia de Maite con la película, nos parecía interesante que Maite apareciera en la película y mostrara su propio proceso en la película: al principio de la película, Maite presenta a su padre, y aparece la propia creación de la banda sonora, con pequeñas pruebas de sonido. Estas pruebas de sonido conforman la banda sonora de la película hasta llegar a la canción final.


Decís que fue en la fase de montaje donde visteis claro qué y cómo queríais contar. Por lo tanto, es de suponer que quedarían muchas cosas por el camino. ¿Cómo habéis decidido qué incluir y qué no? En ese sentido, Erreplika es también una reflexión sobre el lenguaje cinematográfico, ¿no?

Muchas veces se dice que la redacción de la película termina en la fase de montaje, y este caso ha sido un claro ejemplo de ello. En la sala de montaje supimos qué era lo que queríamos contar en la película. Normalmente realizamos un primer montaje, siguiendo exactamente el guion. Esta vez teníamos una película aburrida de tres horas que no funcionaba en absoluto. Pero fue una proyección muy útil: nos quedó muy claro qué funcionaba y qué no. Así que empezamos a cortar hasta encontrar la esencia de la película. Es un trabajo similar al que realiza un escultor: quitar capas hasta encontrar lo que hay dentro.


A pesar de haber firmado con tu nombre y apellidos, tal y como nos has indicado, a lo largo de todo el proyecto has estado acompañado por amigos de la productora Zazpi T'erdi. ¿Es esta la principal característica de vuestra forma de trabajar?

Sí. Zazpi T'erdi somos un colectivo, y nos gusta trabajar colectivamente. El colectivo lo formamos David Aguilar Iñigo, Iñaki Sagastume y yo. Esta película la firmo yo porque en este caso concreto la historia es muy personal. En otras ocasiones, firmamos en nombre del colectivo Zazpi T'erdi. Pero en todos los casos, la forma de trabajar es la misma: el guion lo hemos escrito entre los tres, y el montaje lo hemos hecho entre David y yo. Y muchas decisiones de dirección las hemos tomado entre todos. Yo no conozco otra forma de trabajar. No me gustan en absoluto la jerarquía y las autoridades del cine tradicional; yo tengo que cuestionar todo y preguntar por todo antes de avanzar.


El documental ha sido estrenado en el Festival de San Sebastián, y ha recibido  una mención especial del jurado del Premio Irizar al cine vasco. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Para qué ha servido estar en ese gran escaparate?

Estamos muy contentos con la acogida que ha tenido en el Festival de San Sebastián. La película ha recorrido un camino que ha ido de menor a mayor. Poco a poco, la gente ha empezado a hablar de la película y ha funcionado muy bien. Además, el premio ha dado un gran impulso a la película. Para nosotros ha sido muy bonito hacer el estreno en San Sebastián, porque así hemos podido invitar al estreno a todos los que han participado en la película y hemos compartido con ellos esa emoción del estreno.


Tras este exitoso estreno, ¿qué tenéis previsto? Teniendo en cuenta que es una película peculiar, diferente, ¿dónde se podrá ver? ¿Llegará a las salas de cine? ¿Crees que hoy en día hay espacio suficiente para mostrar este tipo de cine menos habitual?

Primero vamos a mostrar la película en varios festivales de cine; queremos hacer una pequeña gira para que la gente conozca la película. Y más adelante, a lo largo del año 2025, nos gustaría llegar a las salas de cine. La verdad es que está difícil llegar a los cines. Es cierto que en los grandes festivales de cine a nivel mundial la no ficción está cobrando fuerza (en Berlín han ganado los documentales en los dos últimos años; en el Festival de San Sebastián de este año, el documental de Albert Serra ha ganado la Concha de Oro...), pero luego las posibilidades de ver esas películas son muy escasas. Salvo en algunas pequeñas plataformas, este tipo de películas no están disponibles para el público.


(Especial publicado el 9 de octubre de 2024)